¿Hiperpaternidad bueno o malo?

«La hiperpaternidad ve a los hijos como seres intocables, a los que hay que defender a toda costa y solucionarles todos sus problemas. Este nuevo modelo de crianza se está llevando por delante su autonomía y capacidad de frustración, además de generar niños y niñas con más miedos que nunca». Son palabras de Eva Millet, autora de Hiperpaternidad, un libro que analiza las consecuencias de la paternidad helicóptero.

Hola Mamitas, aquí nos encontramos nuevamente para hablar acerca de la hiperpaternidad. ¿Alguna vez sentiste que quisieras meter a tu peque en un cuarto cerrado transparente para que nada le pase y esté siempre fuera de todo peligro? Pues cuidado, porque ésta al igual que otras conductas, te pueden llevar a ser un padre helicóptero. ¿Cómo así? Un padre que orbita alrededor de su hijo, siempre ayudándolo, haciendo las cosas muy fáciles para él, como si nunca deberían saber cómo funcionan las cosas. El hijo es el centro del universo.

El modelo de crianza ha cambiado radicalmente: si antes a los niños se les dejaba más a su aire y se les hacía más bien poco caso (e incluso, si se ponían pesaditos, en ocasiones se optaba por ignorarlos, “como si fueran muebles”), hoy se opta por prestarles el máximo de atención posible, llegando, incluso, a la veneración. Así, en un par de generaciones hemos pasado del modelo «mueble» al modelo «altar».

Este nuevo modelo de crianza se está llevando por delante la autonomía de los niños y su capacidad de frustración, además de generar niños y niñas con más miedos que nunca.

Los hiperpadres, normalmente, tienen miedo del futuro de sus hijos y buscan prepararlos de la mejor forma posible, inscribiéndoles en los mejores colegios, comprándoles los mejores juguetes y apuntándoles a todas las actividades extraescolares posibles para asegurarles un brillante futuro. Buscan el hijo perfecto y lo tienen que construir lo antes posible. Consideran la infancia del niño como su campo de entrenamiento.

Asimismo, son padres que no permiten que sus hijos se frustren y no asumen que tengan miedos o preocupaciones, aunque el miedo, en realidad, sea una consecuencia de dicha sobreprotección. Por otro lado, los hiperpadres sobreprotegen y allanan el camino a sus hijos, hasta el punto de atarles los zapatos cuando podrían hacerlo tranquilamente solos.

Características de los padres helicóptero y los padres apisonadora

Este fenómeno, el de la hiperpaternidad, que surgió en Estados Unidos y que se ha extendido rápidamente por Europa, tiene dos aspectos a destacar: por un lado, se encuentran los padres helicóptero, que corresponden al perfil de los que se encuentran orbitando alrededor de los niños todo el tiempo, anticipándose a sus deseos, y, por otro lado, están los padres apisonadora, una faceta de la hiperpaternidad centrada en allanar constantemente el camino de los hijos para que no se topen con dificultades.

Falta tiempo para jugar

Aunque ejercida con la mejor intencióndel mundo, la hiperpaternidad se está llevando por delante aspectos tan vitales en el desarrollo infantil como son la adquisición de autonomía, la capacidad de esfuerzo y el tiempo para jugar.

También provoca familias estresadas, en especial, las madres, que son las que coordinan las múltiples actividades. Sin olvidar otro aspecto importante: tanta sobreprotección está provocando una generación de niños y niñas con más miedos que nunca.

Amar a un hijo no es evitarle constantemente las piedras del camino; el objetivo es que comprenda que, sea como sea, sus padres le querrán de forma incondicional.

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